El hermoso país asiático que es "igual que las Maldivas", pero mucho más barato

Las Maldivas han sido durante mucho tiempo la imagen del paraíso: un conjunto de islas prístinas en el Océano Índico, el lugar donde las celebridades pasan su luna de miel, las influencers posan junto a piscinas infinitas y los viajeros gastan una pequeña fortuna. Con sus villas, playas de arena blanca y un océano azul resplandeciente, ir a las Maldivas no es una experiencia barata. A menos que reserves ofertas de última hora o aproveches una oferta relámpago, un viaje típico, especialmente durante la temporada alta de noviembre a febrero, te costará un ojo de la cara.

Pero ¿y si existiera un lugar igual de hermoso, igual de tropical y repleto de hoteles de lujo, todo por mucho menos dinero? Sri Lanka quizá no te venga a la mente tan rápido como las Maldivas cuando piensas en "paraíso playero", pero sin duda debería. Esta pequeña isla con forma de lágrima, frente a la costa sureste de la India , es una impresionante mezcla de belleza costera, rico patrimonio, colinas selváticas, reservas naturales y ciudades antiguas. Mientras que las Maldivas están diseñadas para la relajación y el lujo, Sri Lanka se centra un poco más en cómo explorarlas, más allá de los días de playa . Y, para muchos viajeros, ese toque aventurero suele ser lo que marca la diferencia.

En las Maldivas, una villa sobre el agua puede costar fácilmente entre 500 y 2000 libras por noche, según el resort y la temporada. Pagarás un precio extra por todo: traslados en hidroavión, bebidas, comidas e incluso excursiones como el esnórquel.

En Sri Lanka, sin embargo, puedes alojarte en resorts boutique frente al mar por menos de 100 libras la noche, a menudo con desayuno incluido, y en algunas zonas, incluso los hoteles de lujo de alta gama rara vez superan las 250 libras. Y no se trata de una experiencia económica: hablamos de piscinas privadas, tratamientos de spa, restaurantes de alta cocina y vistas al mar.

Incluso las actividades en Sri Lanka son asequibles. Desde visitas a templos y safaris por la naturaleza hasta clases de cocina tradicional y viajes en tren por la región del té, la variedad de experiencias es rica y a precios razonables.

Si bien para llegar a las Maldivas es necesario volar a Malé y luego hacer un traslado en un vuelo nacional, hidroavión o lancha rápida para llegar a la isla, en Sri Lanka el itinerario es mucho más amigable para los viajeros.

Volarás a Colombo y podrás viajar fácilmente por el país en coche, tren o vuelo nacional. La red de transporte de Sri Lanka es extensa, pintoresca y sorprendentemente cómoda, lo que significa que podrás ver más por menos tiempo y dinero, y el viaje en sí mismo a menudo se convierte en parte de la experiencia.

Sri Lanka también ofrece un deleite para los sentidos. Desde antiguos templos budistas y ciudades coloniales fortificadas hasta vibrantes mercados, escenas gastronómicas callejeras y festivales locales, la isla está profundamente conectada con su cultura y anima a los turistas a sumergirse en ella.

Podrás explorar la ciudad sagrada de Anuradhapura, escalar la espectacular Fortaleza de Roca de Sigiriya, visitar el Templo del Diente en Kandy o asistir a un espectáculo de danza tradicional kandiana.

En cuanto a la fauna, mientras que Maldivas se centra en la vida marina, Sri Lanka ofrece un nivel superior con safaris y excursiones por la selva tropical. Allí, se pueden avistar elefantes, leopardos, osos perezosos, cocodrilos y cientos de especies de aves en parques nacionales como Yala, Udawalawe y Wilpattu.

Finalmente, las costas sur y este de Sri Lanka albergan algunas de las playas más hermosas de Asia, con suaves arenas doradas, palmeras ondulantes y un ambiente tropical y relajado. Los resorts en Tangalle, Mirissa, Hiriketiya y Pasikudah ofrecen de todo, desde hostales para surfistas hasta hoteles de lujo de cinco estrellas, incluyendo villas con piscina privada y acceso a la playa.

Además, gracias a las dos temporadas de monzones que afectan a diferentes partes de la isla en momentos distintos, suele haber buen tiempo en algún lugar de la isla durante todo el año. Esto significa que a menudo se pueden conseguir excelentes ofertas durante lo que, de otro modo, serían los meses de mayor afluencia turística en otros lugares.